Un grupo de científicos ha publicado una revisión de las publicaciones científicas de los últimos años centradas en el estudio del impacto de la dieta en la modulación del microbioma oral e intestinal y su relación con la enfermedad de Alzheimer. El análisis de estas publicaciones indica que el tipo de dieta y el estilo de vida se están revelando como factores ambientales modificables que pueden mejorar el proceso de envejecimiento y el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, así como otras morbilidades relacionadas con la edad.
Según publica el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) en su página web, investigadores del propio ICVV (Mª José Motilva), del Instituto de Ciencias de la Alimentación-CIAL (Victoria Moreno-Arribas y Begoña Bartolomé), del Centro de Investigación Biomédica de La Rioja-CIBIR (Patricia Pérez Matute) y del Institute of Tropical Medicine, Antwerp, Bélgica (José L Peñalvo) han publicado una revisión que reúne las publicaciones científicas de los últimos años centradas en el estudio del impacto de la dieta, con especial interés en el consumo de vino, en la modulación del microbioma oral e intestinal y su relación con la enfermedad de Alzheimer.
El análisis de estas publicaciones indica que el tipo de dieta y el estilo de vida se están revelando como factores ambientales modificables que pueden mejorar el proceso de envejecimiento y el riesgo de desarrollar enfermedad de Alzheimer, así como otras morbilidades relacionadas con la edad. Dentro de los componentes de la dieta, cada vez hay una mayor evidencia científica del papel de los polifenoles en la modulación de la microbiota oral e intestinal. Las evidencias científicas más recientes sugieren que las bacterias patógenas presentes en la placa dental, especialmente P. gingivalis, podrían acceder al torrente sanguíneo y sus metabolitos podrían atravesar la barrera hematoencefálica llegando al cerebro. Estos metabolitos podrían promover un aumento en los niveles de mediadores inflamatorios, provocando neuroinflamación y posiblemente actuando como agentes primarios para el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. En este sentido, la higiene y las dietas que incluyen un alto contenido de polifenoles, podrían modular la composición y la integridad de la microbiota oral, lo que sugiere beneficios plausibles en la prevención de enfermedades periodontales. Estudios recientes en modelos celulares in vitro con ácidos cafeico y p-cumárico, en concentraciones que se encuentran naturalmente en el vino, han mostrado capacidad de inhibición de la adhesión de patógenos periodontales a las células orales.
En relación al microbioma intestinal, los estudios indican una interacción entre los polifenoles del vino y la microbiota intestinal. Estos efectos implican la modulación de la composición de la microbiota y sus funciones, incluidas modificaciones de los factores que regulan la plasticidad sináptica y la función neuronal, además de la regulación de los mecanismos de inflamación. Estos efectos se han relacionado con metabolitos de los polifenoles del vino en particular y de la dieta en general, además de otros metabolitos microbianos como ácidos grasos de cadena corta, a lo que se añaden los estímulos microbianos de bacterias intestinales específicas.
Los autores destacan que hay que ser cautos al interpretar los resultados de estos estudios, ya que en su mayor parte se han realizado en modelos celulares y animales, por lo que es necesaria una extrapolación a estudios en humanos. En este sentido, concluyen que es necesario profundizar en los factores ambientales relacionados con la dieta, el consumo de vino y el estilo de vida que permitan elucidar los mecanismos de modulación de la microbiota intestinal en población diagnosticada de enfermedad de Alzheimer. Los autores de este trabajo van a abordar este objetivo en el marco del proyecto WineGut_BrainUP (“Un enfoque integral para entender la relación entre el consumo de vino, la dieta y la modulación del microbioma intestinal en la enfermedad de Alzheimer”) que se ha iniciado recientemente. El proyecto se financiará en el marco de la convocatoria del Plan Nacional de I+D+i, correspondiente a la convocatoria Retos de Investigación 2019 (Ministerio de Ciencia e Innovación), con una duración de 4 años.